El presidente de la LBPPR, José Andreu, anunció el receso del béisbol profesional en la Isla (tribunalpr.org).
Por ESTEBAN J. PAGÁN RIVERA, Cancha Local
El deporte puertorriqueño se viste de luto.
La Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico, que ha estado agonizando durante años pero que dio señales de vida la temporada pasada, ha sido asesinada.
El presidente del organismo, José Andreu García, anunció esta tarde en conferencia de prensa que la Liga recesará por primera vez desde que fue fundada en el 1938, por los problemas económicos que afrontan los equipos.
“El elemento principalísimo que ha pesado en nuestra decisión es el económico. Temporada tras temporada estos esforzados caballeros (los dueños de los equipos), que yo los he llamado quijotes del deporte, se han afectado exponiendo su patrimonio personal sufriendo año tras año cuantiosas pérdidas de dinero”, dijo Andreu García en la conferencia de prensa realizada hoy.
Entonces nos preguntamos…¿De quién es la culpa? Son muchas las personas que me pasan por la mente.
Primero, todos esos jugadores puertorriqueños de Grandes Ligas que le han dado la espalda a la liga, y que se han negado a participar. Esto ha llevado a un declive en la calidad del producto presentado en el campo, y por ende, la ausencia de fanáticos que paguen para ver béisbol.
Iván Rodríguez, Carlos Delgado, Carlos Beltrán, entre muchos otros, tomen nota. Desde hace años la liga está en crisis, y no hicieron nada. Se quedaron de brazos cruzados, mientras Miguel Tejada y Miguel Cabrera, súper estrellas que no tienen que probar nada, si jugaban en las ligas de sus respectivos países. Y claro, los estadios se llenan en República Dominicana y en Venezuela.
Bueno, pues ya que no vienen las estrellas, hay que hacer un buen trabajo de mercadeo, de presentar la liga como un buen producto, ¿verdad? Pues nadie lo hizo. Mientras los directivos se quejan que no hay dinero porque los fanáticos no vienen, ¿dónde está el esfuerzo de parte de ustedes? Eso es parte de correr una empresa, ser creativo, buscar maneras, la que sea, de atraer clientes. Cómo hemos podido ver, nadie hizo su trabajo.
Entonces dicen que el receso es la solución. ¿Por qué no se puede jugar con cuatro equipos? Reduzcan el número de juegos, por Dios, hagan un torneo, lo que sea, ¡pero no maten la liga!
Mi insistencia viene de mi creencia de que el béisbol ha ido resucitando en este último año y medio.
En marzo del 2006, se vio que el deporte que genera más pasión en la Isla es el béisbol, con la celebración de las primeras dos rondas del Clásico Mundial de Béisbol en la Isla. El Hiram Bithorn, habilitado para 20,000 almas, era un lleno total para todos los partidos, y las taquillas se vendían completas en menos de un día. El Clásico era la oportunidad dorada, la liga de béisbol tenía que aprovechar esa llama beisbolera encendida.
Y el Clásico pareció tener sus efectos. Los parques empezaban a ver un aumento en asistencia, el fanático seguía con las ganas de ver más béisbol.
La Serie del Caribe fue un éxito rotundo, el Roberto Clemente de Carolina vio sus mejores días. Los puertorriqueños se dejaron sentir en el evento, algo que no se vio en la última serie celebrada en Puerto Rico, también en Carolina.
Entonces, justamente cuando el béisbol está renaciendo, cuando hay que seguir aprovechando el momentum que dio el Clásico Mundial, vienen y lo matan…no buscan alternativas.
No quiero pensar en todos los peloteros que se quedarán sin trabajo en invierno. Esperemos que las Grandes Ligas vengan al rescate, y den algún tipo de ayuda para que la situación se resuelva y se pueda jugar, ya que aparentemente, en Puerto Rico no se pueden hacer las cosas bien por nuestra cuenta.